Monte Grande, Esteban Echeverría. En una estremecedora noticia que ha sacudido a la comunidad local, Isabel Salazar, de 52 años, esposa del pastor evangélico Roberto Arakelien, ha sido asesinada en su hogar, un crimen que las autoridades sospechan está relacionado con una disputa por herencia.
Descubrimiento del Crimen
La tragedia fue descubierta el domingo por la mañana. Roberto Arakelien, de 73 años, regresó a su casa después de asistir al templo a solo cuatro cuadras, encontrando a su esposa muerta. Isabel había decidido quedarse en casa debido a un malestar. Al llegar, Arakelien vio manchas de sangre en el lugar y descubrió que faltaban $50,000 de la casa. Las cámaras de seguridad no estaban en funcionamiento, aparentemente debido a un corte de luz provocada.
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Detención del Sospechoso
La policía de Buenos Aires actuó rápidamente, arrestando a Alfredo Magragone, de 60 años. Magragone, pareja de la hija del pastor, fue identificado como el principal sospechoso gracias a las grabaciones de varias cámaras de seguridad. Estas imágenes mostraron una camioneta Renault Kangoo blanca pasando cerca de la escena del crimen, que fue luego ubicada en la residencia de la hija del pastor.
Móvil del Crimen
Según fuentes del Ministerio de Seguridad bonaerense, se cree que el crimen podría tener un trasfondo económico. La nueva relación de Arakelien con Salazar habría generado problemas con su hija, quien temía por su herencia. Esta tensión podría haber llevado a un desenlace mortal, intensificando las sospechas contra Magragone y su pareja.
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Investigación en Desarrollo
La investigación está siendo llevada a cabo por la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°1 de Esteban Echeverría, con el apoyo de detectives de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) local. Durante el allanamiento en la casa de la hija de Arakelien, las autoridades encontraron prendas de ropa recién lavadas y un teléfono celular con manchas de sangre, reforzando las pruebas contra Magragone.
Impacto en la Comunidad
El asesinato ha dejado una profunda herida en Monte Grande. La comunidad, afectada por este brutal crimen, clama justicia y está en estado de shock. Este incidente plantea un duro recordatorio sobre las potenciales consecuencias de las disputas familiares no resueltas. La comunidad mira ahora hacia las autoridades, esperando respuestas y una resolución justa al caso.
