San Valentin y las “Sectas”, para vos amor….

 

 

 

 

14-02-2016

 

 

Muchos se preguntan cómo se puede evitar ser captado o sometido por una organización coercitiva “secta”, muchos piensan que esto es una misión imposible, incluso que necesitan de un milagro o de la ayuda de todo un gabinete de profesionales de la salud y leyes.

Quiero decirles que no siempre es así, los seres humanos tienen algo tan pero tan poderoso que no pudo ni siquiera ser imitado ni comprendido por las ciencias y la tecnología, les hablo “del amor”.

Puedo asegurarles con toda certeza y experiencia, que el amor es una de las mejores herramientas para ganarle al accionar de las organizaciones coercitivas “sectas”, cuanto más fuerte es ese amor, mas difícil se les hace a las “sectas” romper ese vinculo.

Romper vínculos, es algo primordial  para estas organizaciones, ya que de esa manera se aseguran el total sometimiento de la victimas en cuestión. En mi larga experiencia, ayudando a víctimas, pude ver como matrimonios eran destruidos como si nada, como mujeres u hombres dejaban su hogar y familia para irse a miles de kilómetros a satisfacer las metas oscuras de alguna “secta”.

En aun peor cuando sos un niño y conociendo lo que es el amor de tu familia aparece una “secta” y te lo quita TODO, ABSOLUTAMENTE TODO es muy difícil sobrevivir y muy doloroso.

Pero hablemos de lo lindo, de cómo muchas víctimas que vimos nuestros sueños truncos, volvimos a renacer de las cenizas gracias al amor.

Luego de escapar de la “secta” donde perdí a toda mi familia, tuve que convivir con la soledad, depresión y dolor, de tenerlo todo, pasar a tenerme solo a mí mismo. Intentar coordinar nuevamente con un mundo social, que no está preparado para recibir y comprender a un niño que se crio dentro de una organización coercitiva donde era normal que un niño tenga su primera vez con su madre.

Me sabrán entender que por aquellos años, poco tenia de amor y esperanzas, el lema principal era vivir en piloto automático hasta que pase la tormenta. Y sin buscarlo ni esperarlo, ese día llego, paso por la puerta de mi casa y por supuesto no dude en seguirlo y luchar por alcanzarlo.

Podrán decir que es una tontería, pero como en otras cosas que me pasaron en mi vida, yo ya sabía que era el amor de mi vida, la madre de mis futuros hijos, fue una de las primeras personas a las cuales les pude contar el infierno que había vivido y lo difícil que era para mí vivir.

Fueron años complicados, donde mi adaptación a la sociedad era una constante prueba, había construido mi propio mundo unipersonal, a base de soledad y auto defensa para que nadie vuelva a lastimarme. Ella supo comprenderme y tenerme paciencia en esa dura adaptación, sufrimos mucho, pero de poco a poco fuimos superando esas barreras.

Me ayudo a ir queriendo cada día mas a la vida, vivir comenzó a tener un gusto más dulce y llevadero, incluso durante varios meses lograba salir de ese pozo depresivo, donde me encontraba desde mi salida del infierno.

Ella fue curando mis heridas, conteniendo mis llantos y intentando hacerme dormir luego de mis pesadillas, realmente tuvo que soportar tantas cosas por amor, vivir con un discapacitado emocional no es para nada fácil.

Mi recuperación fue aun más exitosa, cuando le perdí el miedo a este mundo muchas veces tan oscuro y decidí que quería ser padre, por supuesto tras largos años en que “Ella” tuvo que esperarme y comprenderme, sin duda quien más podía volverme a brindar las soluciones? Me regalo las tres razones más lindas de mi vida.

“Ella” siempre mereció alguien mucho mejor que yo, incluso pudo haber estado con quien quisiera, porque propuestas le sobraban, pero me eligió a mí, al discapacitado emocional, al loco solo, lleno de rollos y soledad.

Escribo esto sabiendo lo poco que te doy y me da bronca el no poder ser mejor o sencillamente una persona normal…. Como más de una vez me dijiste.

Nadie sabe cuánto tiempo vas a estar en el mundo, pero por lo menos tengo el orgullo y la satisfacción del poder decir que se lo que es amar y ser amado.

Te amo MUCHO BAR, Gracias por devolverme las ganas de vivir.

 

 

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